Alrededor de diez mil compañeras y compañeros: trabajadores activos y jubilados, públicos, privados, del campo y la ciudad, registrados y en negro, tercerizados, monotributistas, autogestionarios, cuentapropistas, desocupados, jóvenes, meretrices, discapacitados, de los pueblos originarios y tantos otros vamos a debatir y decidir la CTA que queremos para los próximos años. En primera persona, ratificando nuestra voluntad de integrar un nosotros que nos contenga, represente y brinde una perspectiva de futuro digno.
Al Congreso Federal serán citados los congresales nacionales y provinciales electos por mayoría y minoría en las últimas elecciones de la Central, tanto de la ganadora Lista 1 Germán Abdala como de la Lista 10, lo que, en conjunto, suman más de siete mil compañeros.
A ellos hay que sumar los delegados fraternales de las nuevas organizaciones sindicales, sociales, territoriales, culturales y de nuevo tipo que se han venido sumando al quehacer de nuestra organización en este último tiempo e invitados especiales.
Ese marco multitudinario nos permitirá abocarnos a discutir fraternalmente esta construcción colectiva de la clase que, aunque no le guste al poder, goza de buena salud.
En Mar del Plata vamos a establecer las prioridades, el plan de acción y la estrategia institucional que trazaremos para los próximos años con el objetivo de transformar a la CTA en una central de masas, que se haga cargo del conflicto social, fortalezca su protagonismo en la calle y sea una vigorosa defensora de la libertad y democracia sindical y la autonomía de los patrones, los gobiernos y los partidos políticos. Como corea la militancia en cada acto, en cada encuentro para quien quiera oírlo: "CTA de los trabajadores, ni de los gobiernos, ni de los patrones".
Aunque parezca increíble, durante el anterior mandato no se convocó nunca a este ámbito de participación, el de mayor envergadura y representación dentro de nuestra Central. Se obturó así la confrontación de ideas, se cerró las puertas al intercambio enriquecedor que hace crecer y multiplicarse en lugar de quedar varados en el desierto que paraliza. Que eso y no otra cosa promovió esa desarticulación llevada adelante por la anterior conducción de la CTA.
El último congreso de estas características ocurrió hace un lustro. Fue el Séptimo Congreso Nacional de Delegados que deliberó el 30 y 31 de marzo de 2006 en el Polideportivo “Malvinas Argentinas” de Mar del Plata a 30 años de la implantación del terrorismo de Estado. No es casualidad que ahora, a 35 años del golpe de Estado, la mayor organización de cuadros de la CTA vuelva a reunirse masivamente para delinear el rumbo y apuntar el norte de nuestra experiencia como trabajadores.
Compañero, la cita es en marzo en Mar del Plata. Nos estamos viendo.
Artículo publicado en el Periódico de la CTA Nº 73, correspondiente al mes de febrero de 2011
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